Pon lo primero lo primero (de Stephen Covey)
(Obra del ilustrador «Álvaro Reinoso» de aroideas, compañero y amigo)
Primero habrá que justificar el porqué de el hábito 3, «de lo primero lo primero» — > podría centrarme en cualquier hábito, pues creo que todos deben cumplirse o seguirse para conseguir lo que en el libro llama Stephen Covey la «victoria privada», para pasar a la «victoria pública». Conceptos muy interesantes que sin duda darán para otras reflexiones futuras. Como «trasero de mal asiento» que me considero, persona inquieta siempre con muchos frentes abiertos (a veces demasiados), es bastante habitual una constante en mi día a día, el aprender a «priorizar», es por ello que especialmente me resulta de aplicación inmediata este hábito.
De aparente aplicación sencilla e intuitiva, ubicas bien los contenidos o «quehaceres» en los bloques correspondientes de la matriz, e intentas seguirlos día a día para conseguir un equilibrio, evitando al máximo sorpresas repentinas que te introduzcan en el cuadrante I de la matriz, e intentando centrarte mas en lo que importa de verdad, pero de forma llevadera, desarrollando el cuadrante II.
Bien…
En este punto, y tras algunas conversaciones con cierto individuo, amigo, de mi círculo de confianza, al que admiro y respeto, me parece inevitable añadir un elemento a la ecuación, lo que se refiere a la «vida personal». Cuando leemos estas líneas de Covey, a pesar de que indican bien claro que el desarrollo de la vida debe ser plena, la mayoría de las personas que siguen sus pautas, probablemente lo hará para ser mejores en lo que a lo «profesional» se refiere, y es en este punto donde opino que puede estar el riesgo de no discernir entre vida personal y profesional, y que una coma terreno a la otra. Es por ello, que veo interesante entender la matriz de Covey separando en 2 grupos paralelos, matriz vida profesional en una primera franja horaria (matriz «P»), y matriz vida personal o de relaciones en una segunda franja horaria (matriz «R).
Bajo la opinión de un servidor es tremendamente importante este hábito con el que el autor nos ilumina para todo tipo de personas y caracteres, aunque especialmente para aquellas personas que les cuesta delegar, priorizar, y asignar o restar importancia a las situaciones. Si realmente aplicamos este juego de matriz no solo en nuestro día a día, sino en nuestra vida en conjunto, entiendo que podemos conseguir muchos resultados positivos, como pueden ser gestión y mejor aprovechamiento del tiempo, mejora en las relaciones personales, mejor y mayor tiempo de ocio personal, visión mas clara de los objetivos, conseguir ser mas realistas a la hora de continuidad o no con proyectos, saber decir NO a tiempo, etc.
La reflexión sobre este hábito tiene un trasfondo claro, bajo mi punto de vista, y es el de aprender a «delegar», aprender a liberarnos de cargas innecesarias que pueden ser asumidas por otras personas igualmente cualificadas para hacerlo. Parece algo sencillo, y que probablemente a muchas personas se les de muy bien (aquí podríamos entrar en otro tipo de debate), pero saber delegar, es saber «confiar». Creo no equivocarme al asegurar que la sobresaturación en muchos empleados, directivos, profesionales independientes, personas en general, en su día a día, viene generada por la «no confianza» en otras personas de su entorno para delegar misiones o funciones, llegando en muchos casos a estado de «colapso», o a que se encuentren constantemente en el cuadrante I de la matriz.
Estas son las conclusiones o reflexiones a las que llego tras leer varias cosas respecto al hábito 3 de Covey, lo encontrado en la red, y algunas lineas del libro del autor, algo tan sencillo (y a la vez tan complicado) como es el «priorizar» y «saber» delegar.
Ahora el paso es directo y sencillo, aplicarlo a mi vida, esto es, mi empresa, mis proyectos, mi vida personal (relaciones, aficiones, inquietudes). Sin duda dará para muchos mas post/reflexiones.
Referencias: Liderazgo Hoy
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