Camino del Norte (Etapa 8): Bilbao a Portugalete, por las rías.


Inicio de camino, entre ruido y belleza escondida

Hoy ha sido mi primer día en el Camino del Norte, y como suele pasar con los comienzos, ha tenido de todo un poco. Empecé a andar desde Bilbao ya casi al mediodía, con ganas de arrancar pero también con el cuerpo algo desajustado tras el vuelo desde Sevilla.

Elegí la variante que va junto a la ría, pensando que sería un paseo tranquilo para ir calentando motores. Y sí, ha sido llana y sin complicaciones físicas, pero el paisaje no ha sido el más bonito del mundo. Mucha obra, zonas industriales, cemento por todas partes… y muy poca vegetación. A ratos parecía más una ruta para ir en bici al trabajo que una etapa del Camino.

Pero entonces, casi sin darme cuenta, el camino fue mejorando. Al llegar a la zona de Getxo, con la ría más abierta y el mar asomando al fondo, todo cambió. Terminar el día cruzando el Puente de Vizcaya —ese coloso de hierro colgante— ha sido una de esas cosas que se quedan grabadas. Y lo que no esperaba: Portugalete me ha encantado. Tiene sabor a pueblo marinero, callejuelas con historia, miradores con vistas que invitan a parar y respirar. Una sorpresa muy bienvenida.

No ha sido la etapa más bonita, pero sí un buen arranque. A veces el encanto del camino no está en lo que ves, sino en lo que te espera al final.


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